Lo que debe saber de un fideicomiso

Por Matiana Flores editora invitada de Old Mutual*

Zapatero a tus zapatos. Si tuvo la suerte de ganar la lotería, recibir una cuantiosa herencia o simplemente desea generar los recursos financieros necesarios para cubrir la universidad de sus hijos pequeños o asegurar el futuro financiero de su familia en caso de que fallezca, pero no sabe o no tiene idea de cuál es la mejor manera de invertir esos recursos; la solución puede encontrarse en la contratación de un fideicomiso.

Un fideicomiso es un contrato jurídico a través del cual una persona (fideicomitente) cede los derechos de un patrimonio, por un plazo predeterminado, a otra persona (fiduciario) con el objetivo de que éste lo administre en busca de lograr el máximo beneficio en el tiempo. Al término del contrato, el patrimonio se regresa al beneficiario del fideicomiso (fideicomisario) que puede ser el mismo fideicomitente o las personas que éste decida.

El fiduciario es una institución autorizada por las autoridades financieras del país (Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores), dedicada a la administración de activos (financieros o físicos), y entre los principales se ubican los bancos, las aseguradoras y casas de bolsa, entre otros; todas, son entidades que cuentan con equipos de profesionales con el expertise necesario para conformar y gestionar portafolios de inversión enfocados en alcanzar la meta trazada por el fideicomitente.

Una persona puede conformar más de un fideicomiso para llevar a cabo su planeación financiera de mediano y largo plazo, ya sea de su patrimonio personal (metas financieras como el retiro, educación de los hijos, etc.) o de su empresa (expansión, garantía de créditos, etc.). Es por ello que desde el momento de contratarlo, el fideicomitente debe establecer el objetivo del mismo y los bienes que lo conformarán (bienes muebles e inmuebles, efectivo, acciones, joyas, entre otro tipo de activos), así como la manera en la que se repartirán los beneficios y quiénes serán los beneficiarios.

Al término del contrato del fideicomiso, como si fuera un testamento, los beneficios son entregados en los términos establecidos por el fideicomitente al momento de contratarlo. Por cierto, mientras viva el fideicomitente, éste puede disponer del patrimonio que haya incluido en el fideicomiso así como cambiar a sus beneficiarios cuando lo considere conveniente.

Es pues el fideicomiso un instrumento de inversión sumamente flexible y que puede ser utilizado para muchos fines, siempre en el entendido de realizar actos lícitos y de protección del patrimonio.

Tipos de fideicomisos

administracion

La institución se hace cargo de la administración de los bienes objeto del negocio. Por ejemplo, un patrimonio inmobiliario cuyas rentas se desean canalizar a determinado fin.

inversion

El fideicomitente cede su patrimonio para que el fiduciario los invierta de manera profesional y cuyos beneficios son aplicados a favor del propio fideicomitente o de los fideicomisarios que designe.
garantia

Puede ser utilizado como garantía al solicitar un crédito bancario. Los bienes que lo conforman funcionan como garantía del pago del crédito.
testamentario

La administración de los beneficios son realizados por el fiduciario en los términos establecidos por el fideicomitente. Por ejemplo, todos hemos conocido o sabido de cuantiosas fortunas heredadas a hijos o familias que las derrochan en un santiamén, pues un fideicomiso testamentario podría prolongar la vida de la empresa o patrimonio más allá de la muerte del fundador. Este tipo de fideicomiso también es recomendable cuando los herederos son menores de edad.

Beneficios del Fideicomiso

  • Fiscales: algunos fideicomisos, como por ejemplo los de previsión social, son deducibles del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Ahora bien, los derechos y obligaciones fiscales derivados de las operaciones que se realicen a través de un fideicomiso, recaen en el fideicomitente (que aporta) o los fideicomisarios (que reciben).
  • Son inembargables: Como al contratar un fideicomiso se trasmite la propiedad del patrimonio al fiduciario (los activos del fideicomiso dejan de pertenecer al fideicomitente) si un acreedor toma alguna acción legal en contra del fideicomitente, los bienes que éste aportó al fideicomiso no pueden considerarse para cubrir su responsabilidad porque ya no forman parte de su patrimonio. El fiduciario se vuelve titular temporal de dicho patrimonio.
  • Patrimonio autónomo: Esto significa que los recursos establecidos en el fideicomiso no se confunden contable ni jurídicamente con los del fiduciario.
  • Secrecía: La constitución del fideicomiso da seguridad y confidencialidad respecto del patrimonio que conforman un fideicomiso.

Pasos para crear un fideicomiso

Determinar la meta y los recursos de los que se dispone para conformar el fideicomiso

Elegir el plazo de duración del fideicomiso

Nombrar beneficiarios

Seleccionar la institución financiera que se encargara de la administración e inversión del patrimonio

Especificar costos, obligaciones y derechos

Firmar contrato

Cerciórese de que la institución financiera elegida está debidamente autorizada para actuar como fiduciaria por la CNBV; para ello, consulte el Padrón de Entidades Supervisadas (PES) de la misma entidad gubernamental.

*Artículo publicado originalmente en el portal de Old Mutual